¿Que es la tolerancia a la frustración? Por que es bueno dar una dosis de frustración a nuestros hijos?
Muchos padres de familia buscan complacer en todo a sus hijos. Se dicen frases como “Es mi hijo y si puedo se lo doy”, “No me gusta verlo asi, y mejor se lo doy”, “Prefiero que el este feliz” y una lista interminable de cosas que los padres y madres hacen por complacer a sus hijos. Y no esta mal buscar lo mejor para nuestros hijos, el problema es evitar a toda costa que ellos se sientan un poquito " frustrados” por no obtener lo que quieren.
Los niños en general buscan obtener lo que quieren y si no sucede asi en algunos casos pueden reaccionar de formas que no son aceptables, incluso para un niño. ¿Esto por que ocurre? En general los niños pequeños solo saben actuar sus emociones, si los niños van entendiendo que tal o cual emoción les ayuda a obtener lo que desean lo seguirán haciendo, total, si las figuras que más respeto me siguen cumpliendo lo que pido, pues el resto del mundo debería actuar igual.
El problema aquí es que el mundo no reacciona así con ellos conforme van creciendo y encontrarán personas que les digan que "NO" en un momento determinado y es allí cuando aparece la famosa FRUSTRACIÓN. En el momento que ellos no consiguen lo que desean, lo que ellos piensan que se merecen, comienza la lucha contra la frustración.
¿Que pasa con un niño que crece sin esta tolerancia a la frustración? Fácil, son muchos adultos que vemos que la primera vez que se les dice que No o se les deniega un deseo, se derrumban,, aparecen las "rabietas", los lloros desconsolados, se sienten atacados o incluso, algunos hacen uso de los chantajes emocionales "es que ya no me quieres, etc."
¿Pero como ayudar a los hijos para controlar la frustración?
Aquí os dejo algunos consejos que considero os pueden servir para que vuestr@s hij@s controlen la frustración:
- Dar ejemplo. La actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas.
- Educarle en la cultura del esfuerzo. Es importante enseñar al niño que es necesario esforzarse. Así aprenderá que el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para resolver algunos de sus fracasos.
- No darle todo hecho. Si se le facilita todo al niño y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
- No ceder ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Si los padres ceden ante ellas, el pequeño aprenderá que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.
- Marcarle objetivos. Hay que enseñar al niño a tolerar la frustración poniéndole objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.
- Convertir la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse.
- Enseñarle a ser perseverante. La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar la frustración en otras ocasiones.
Ante la frustración, hay que enseñar a los niños formas positivas de hacer frente a estos sentimientos adversos. Para ello, se pueden utilizar distintas estrategias:
- Enseñarle técnicas de relajación. Todos nos enfrentamos a las situaciones adversas de una forma más positiva si estamos relajados. Un buen consejo es enseñar a los pequeños a aumentar su tolerancia a la frustración a través de la relajación del cuerpo.
- Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. Por ejemplo, “Juan está rabioso porque no ha hecho bien esta resta. Inténtalo con otra y tómate más tiempo”.
- Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda. A algunos pequeños les cuesta pedir ayuda, mientras que otros la piden constantemente y de inmediato. Hay que enseñar al niño a intentar encontrar una solución primero. Si se siente frustrado al realizar alguna tarea, debemos intentar enseñarle a evitar la frustración: “¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonar la tarea?”.
- Representar papeles. Se puede jugar con el niño a interpretar una situación frustrante. Por ejemplo, el pequeño tiene que hacer los deberes pero quiere irse a jugar al parque. Primero, el niño interpretará la frustración y luego adoptará el rol opuesto. Se le puede animar a que hable consigo mismo de forma positiva y busque una manera de resolver el problema.
- Reforzar las acciones apropiadas del niño. Es importante elogiarlo cuando retarde su respuesta habitual de ira ante la frustración, y cuando utilice una estrategia adecuada.
- Modificar la tarea. Enseñar al niño una forma alternativa de alcanzar el objetivo.
En resumen, cabe recordar que la frustración forma parte de la vida. Aunque no se puede evitar, se puede aprender a manejarla y superarla, y aumentar de esta forma la tolerancia a la misma. Aprender a tolerar la frustración facilita que nos enfrentemos con éxito a la vida. Por ello, cuanto antes aprendamos, mejor.
Si pincháis en el enlace de abajo podéis hacer varios juegos con vuestr@s hij@s para aumentar su autoestima, su empatia, la inteligencia emocional.
Me gustaría dejar aquí, para los padres que quieran, un enlace a un vídeo del gran pediatra Carlos Gonzalez: Dar premios a los niños es contraproducente. Creo que es bueno hacer una reflexión sobre este tema...
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Z4u3PpK97mE
Hola Conchi,
EliminarGracias por tu aportación en este blog y aunque no estoy de acuerdo con el Sr Carlos en este caso, me parece bien que todos hagamos una reflexión sobre la educación que se da a los niños. Discrepo totalmente con este video ya que la motivación intrínseca es un tipo de motivación que se desarrolla más tarde y los premios, son refuerzos positivos cuando se desea modificar una conducta, especialmente en el aula.
Podemos debatir largo y tendido sobre tipos de motivación y de educación pero considero que cada uno debe reflexionar y ser coherente en sus acciones.
Si tienes razón Cris en esta exposición aunque siempre depende de los premios de qué tipo sean. Yo creo que Carlos González se refiere a eso también en su comentario, por eso lo dejé aquí y tiene mucho que ver con la frustración también. En mi caso por ejemplo, estoy en contra de ofrecer premios materiales (como juguetes por ejemplo) ya que no quisiera criar a un niño consentido que haga las cosas solo por obtener un beneficio material. En cuestión de estudios estamos hablando de niños muy pequeños pero tampoco me gustaría pensar que "estudia" por el mero hecho de ganar algo, el premio es el aprendizaje en sí. Es mi punto de vista. En realidad me da pena que no comenten más padres. Quizás se vayan animando con el tiempo.
ResponderEliminarhttp://www.hacerfamilia.com/educacion/noticia-premios-motivar-ninos-20140506133042.html
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